Leer clásicos de la literatura puede parecer intimidante o aburrido para algunas personas, pero estos libros siguen siendo leídos y apreciados por generaciones porque contienen historias profundas, personajes inolvidables y lecciones universales. Si has intentado leer un clásico y te has sentido abrumado, o si quieres acercarte a ellos de una manera más entretenida, estos enfoques pueden ayudarte a disfrutar de los clásicos sin aburrirte.
1. Investiga el contexto histórico y cultural
Los clásicos suelen estar inmersos en el contexto de su época. Conocer el trasfondo histórico, las costumbres y los problemas sociales de la época en que fueron escritos puede darte una nueva perspectiva y profundizar tu entendimiento del texto. Puedes comenzar leyendo un resumen de la historia, investigando sobre el autor o viendo documentales que exploren el contexto.
Ejemplo: antes de leer Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, investiga sobre las normas sociales y las expectativas de las mujeres en la Inglaterra del siglo XIX. Esto te ayudará a entender mejor las decisiones de los personajes.
2. Empieza con adaptaciones modernas
Muchas historias clásicas han sido adaptadas al cine, la televisión o incluso a novelas gráficas. Estas versiones más accesibles y entretenidas pueden ser un excelente punto de partida para familiarizarte con los personajes y la trama, sin sentirte abrumado por el lenguaje original.
Ejemplo: mira películas como Matar a un ruiseñor o Los miserables antes de sumergirte en las novelas. Esto te permitirá disfrutar de la narrativa y hacerte una idea de lo que viene.
3. Lee una versión corta o una simplificada
Las ediciones anotadas de los clásicos ofrecen explicaciones detalladas de términos arcaicos, referencias culturales y comentarios sobre el contexto, lo que hace que la lectura sea más comprensible. Las versiones simplificadas o adaptadas también son una opción para los que quieren abordar la historia sin lidiar con el lenguaje más complejo.
Ejemplo: si te enfrentas a Don Quijote, que tiene un lenguaje denso y antiguo, una edición anotada o adaptada puede hacerte más llevadera la experiencia.
4. Toma pausas y divide la lectura
No es necesario leer un clásico de una sola vez. Estos libros pueden ser densos, por lo que dividir la lectura en capítulos o secciones más manejables te permitirá disfrutar de la historia sin sentirte abrumado. Toma notas, reflexiona y vuelve a ella después de una pausa.
Ejemplo: divide Moby Dick de Herman Melville en pequeñas secciones diarias y establece metas alcanzables para mantener el ritmo sin agotarte.
5. Únete a un club de lectura o discute con amigos
Leer un clásico en compañía puede hacerlo más divertido y enriquecedor. Un club de lectura ofrece la oportunidad de debatir sobre las partes complicadas, compartir interpretaciones y descubrir aspectos del libro que tal vez no hubieras notado por ti mismo. Además, la interacción social puede motivarte a seguir leyendo.
Ejemplo: si lees Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, discutir los complejos personajes y sus decisiones con un grupo puede hacer que la experiencia sea más entretenida y significativa.
6. Escucha audiolibros
Si te resulta difícil mantener la concentración en un clásico, los audiolibros son una excelente alternativa. Puedes escucharlos mientras realizas otras actividades, lo que te permitirá avanzar en la historia sin que se sienta como una tarea. Además, las buenas narraciones le dan vida a los personajes y facilitan la inmersión en el texto.
Ejemplo: prueba escuchar 1984 de George Orwell narrado por un buen locutor, lo que hará que la experiencia sea mucho más dinámica y fluida.
7. Encuentra un tema o personaje que resuene contigo
Muchos clásicos abordan temas universales como el amor, la traición, el poder o la libertad. Encuentra el tema o el personaje con el que te identifiques más y enfoca tu lectura en él. Esto hará que la historia sea más relevante y emocionante para ti.
Ejemplo: en Crimen y Castigo de Dostoyevski, podrías centrarte en la lucha interna de Raskólnikov y cómo su conflicto moral refleja dilemas humanos atemporales.
8. Relaciona el clásico con la cultura popular
Muchos clásicos han influido enormemente en la cultura popular moderna. Identificar esas conexiones puede hacer que la lectura sea más divertida y te ayudará a ver cómo las ideas de esos libros siguen siendo relevantes.
Ejemplo: Frankenstein de Mary Shelley ha inspirado innumerables películas, cómics y referencias en la cultura popular. Explorar esas conexiones puede hacer que el libro sea más interesante.
9. No te sientas obligado a leer el libro completo
Algunas veces, leer un fragmento o un capítulo puede ser suficiente para disfrutar de un clásico. No te sientas obligado a leer cada palabra o cada página, especialmente si no te está atrapando. Disfruta de las partes que te gusten y deja de lado las que no te interesen.
Ejemplo: si La Ilíada te resulta pesada, céntrate en algunos episodios como el enfrentamiento entre Héctor y Aquiles y no te preocupes por leer cada página.
10. Haz comparaciones con otros textos o épocas
Comparar un clásico con otras lecturas contemporáneas o modernas puede ayudarte a visualizar sus ideas en un contexto más cercano a ti. Establecer conexiones entre diferentes épocas puede hacer la lectura más dinámica y reveladora.
Ejemplo: compara el tratamiento de la justicia en Los miserables de Victor Hugo con cómo se aborda en una novela moderna. Esta perspectiva comparativa puede enriquecer tu experiencia.
Leer clásicos no tiene por qué ser una tarea monótona. Con un poco de preparación, enfoque y herramientas adecuadas, estos libros pueden volverse accesibles, interesantes e incluso entretenidos. Experimenta con estos enfoques y descubre qué te funciona mejor para disfrutar de la riqueza que ofrecen las grandes obras de la literatura.
...
¡Descubre un espacio donde las historias cobran vida!
Te presentamos nuestro club literario Moby Read.
Escucha nuestro podcast a cargo de Gustavo Bautista.
No olvides preguntar por nuestros servicios, talleres y libros.
¡Hasta pronto!
0 Comentarios